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Gripe porcina ya es una pandemia

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La gripe porcina (también conocida como influenza porcina o gripe del cerdo)[2] es una enfermedad infecciosa causada por cualquier virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae y endémico en poblaciones porcinas. Estas cepas virales, conocidas como virus de la influenza porcina o SIV (por las siglas en inglés de «Swine Influenza Viruses») han sido clasificadas en Influenzavirus C o en alguno de los subtipos del género Influenzavirus A (siendo los más conocidos H1N1, H3N2, H3N3 —aislada a Québec— y H1N2 —aislada a Japón y Europa). Aunque la gripe porcina no afecta con regularidad a la población humana, existen casos esporádicos de infecciones en personas. Generalmente, estos casos se presentan en quienes trabajan con aves de corral y con cerdos, especialmente los sujetos que se hallan expuestos intensamente a este tipo de animales, teniendo mayor riesgo de infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos. Esto es debido a que los SIV pueden mutar y mediante un proceso denominado reclasificación, adquirir características que les permite su transmisión entre personas. Adicionalmente, tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas de un organismo tengan siempre la misma eficacia, ocasionando que los virus ataquen de nuevo con un mayor efecto nocivo para la salud. Se cree que el virus responsable del brote de gripe A (H1N1) de 2009 ha sufrido de esta mutación, al «combinar información genética de tres diferentes virus H1N1, provenientes del ser humano, de los puercos y de las aves de corral».[ Los SIV se transmiten, de persona a persona, a través de la saliva y mucosidad, mientras que el contagio puede llegar a producirse con frecuencia en lugares cerrados y concurridos, en donde es díficil mantener una ventilación constante.

Las medidas de prevención adecuadas contra las diversas formas de gripe son las que buscan evitar la transmisión —como el aislamiento, o el uso de mascarillas— y las vacunas, que preparan el sistema inmunitario para resistir la infección cuando ésta se produce. Las distintas cepas de la gripe, incluida la gripe estacional común, son suficientemente distintas como para que la vacuna contra una no sea efectiva contra otras; la que se ha estado administrando para la gripe estacional no tiene ningún valor preventivo frente a la gripe porcina de 2009. Después de la crisis de gripe aviaria de 2005, los organismos internacionales y los sistemas sanitarios se prepararon para abordar el desarrollo y producción de vacunas específicas con que afrontar sin demoras una posible pandemia.

El uso de antibióticos, aunque puede ser apropiado a veces —sólo en caso de infección simultánea con bacterias y bajo indicación médica— no tiene ningún valor preventivo, y sí los inconvenientes característicos del abuso de antibióticos: probable desarrollo de sensibilidad por el paciente, lo que anula la utilidad futura del tratamiento, y estímulo al desarrollo evolutivo de resistencia por las bacterias.

El tratamiento sintomático es el propio de las gripes, basado principalmente en analgésicos. Sin embargo hay que tener en cuenta que en niños y adolescentes se considera contraindicado el uso de aspirina (ácido acetilsalicílico) en caso de infección severa por los virus A o B de la gripe (el brote de gripe porcina de 2009 es de tipo A) o por el virus de la varicela, por el riesgo de que se produzca un cuadro poco común pero grave llamado síndrome de Reye; para los pacientes de menos de 19 años se recomienda por ello el uso de analgésicos alternativos.

El tratamiento causal se basa en antivirales, sustancias que interfieren con la multiplicación del virus. Hay dos clases de antivirales inicialmente útiles contra la gripe, de las que una —la de los inhibidores de la enzima vírica llamada neuraminidasa— conserva la efectividad y la capacidad de evitar un desarrollo grave de la gripe cuando se necesita. Son dos las sustancias de esta clase, el oseltamivir (cuyo nombre comerial es Tamiflu), y el zanamivir (cuyo nombre comercial es Relenza). Después de la alarma producida en 2005 por la gripe aviaria, los gobiernos han acumulado las dosis consideradas necesarias para frenar una posible pandemia y evitar sus consecuencias.

1:37 p. m.

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